cuando esté durmiendo mi sueño eterno, hijo.
No quiero que me digas que me amas
cuando yo ya no te pueda escuchar.
No quiero que me prometas que pronto me verás,
cuando no pueda ni verte ni abrazarte, hijo querido.
tan sólo unos minutos, para hablarme o visitarme,
aunque sea un hola y adiós alegrará mi corazón,
pues necesito comprobar que aún estoy en tu vida
porque, sabes, hijo?, viviendo en el ocaso de la mía,
siempre estás presente en cada uno de mis pensamientos.
y que al final de ese camino nos volveremos a encontrar
por eso, por ingratitud no quiero sufrir ni dejar deudas
que quizás mañana, en otra dimensión, querramos saldar.
Eres la parte de mí que cuando yo me vaya, quedará,
si el Creador así lo dispone, en su misericordiosa bondad.
2 comentarios:
¡Qué decir de este clamor de madre", magistral amigo querido, hoy estoy contigo, deleitandome el alma en tu blog, donde la magia de la poesía, me transporta a tu lado, sintiendo tu sentir, y maravillándome del goce de tus letras.
¡Qué decir de este clamor de madre", magistral amigo querido, hoy estoy contigo, deleitandome el alma en tu blog, donde la magia de la poesía, me transporta a tu lado, sintiendo tu sentir, y maravillándome del goce de tus letras.
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