jueves, junio 02, 2011

La mujer mancillada

















Con una mueca de odio indecible,
con un llanto seco, de esos sin lágrimas,
con su corazón herido, en lo más profundo,
lentamente, cabizbaja, sin rumbo, deambula.
No sabe si flota en el aire
o camina, sin sus pies, sobre la tierra.

Nunca nada ni nadie le hizo temblar,
ni nunca imaginó recibir tanto daño
como en aquel siniestro momento,
que a más de dolor, es un tormento
que anhela lo más pronto olvidar.
cual marca que algún día dejará atrás.

Su dignidad y orgullo fueron pisoteados.
Su  condición de mujer, ultrajada fue,
cuando aquel demonio disfrazado de hombre,
usando fuerza y violencia, que no tiene nombre,
enajenado, casi hasta la inconciencia
hizo uso de ellas para saciar sus apetencias.

No sabe, en realidad, que le deviene el futuro,
tampoco sabe, en realidad, cómo acallar su conciencia.
Sólo sabe que una y otra vez vuelven, cruentos,
cual horrorosa tortura, aquellos atroces momentos
en que aquel cínico violador la mancillara
truncando para siempre su vida en un drama.

Resiste, mujer. Tu fuerza y coraje te permitirá renacer renovada.
Mi sentir, como homenaje para todas aquellas mujeres mancilladas

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