
Para mi madre, Lucía
Quisiera que recordaras
el momento en que nací.
De tus entrañas arranqué a la vida,
Madre, para hacerte feliz.
Madre mía, tu recuerdo yo venero
me acompaña día a día en mi existencia
y si hay algo de la vida que yo espero,
haber heredado de ti tus virtudes y tu paciencia.
Hoy, que los años ya te han marcado
con sus huellas de dolor y felicidad,
para mí, Madre querida, tú no has cambiado.
Ha cambiado la vida, esa es la verdad.
Como un niño me quisieras siempre ver,
y un reto de vez en cuando darme,
para que nunca olvidarme pueda,
que de tus entrañas arranqué, Madre.